viernes, 21 de octubre de 2011


Todos podemos pedir un deseo al año al soplar las velas en nuestros cumpleaños, algunos pedimos más, con las pestañas, en las fuentes, al ver una estrella fugaz... y de vez en cuando, algunos se comparten. ¿ Y que pasa entonces, es tan bueno como esperabamos?¿Disfrutamos de nuestra felcidad o, nos damos cuenta de que tenemos una larga lista de deseos esperando a ser deseados?. No deseamos lo fácil, deseamos cosas importantes, cosas ambiciosas, fuera de nuestro alcance. Deseamos cosas porque necesitamos ayuda, tenemos miedo, y sabemos que quizá pedimos demasiado, pero seguimos teniendo deseos porque, a veces, se hacen realidad.

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